El artículo periodístico que ha conmocionado al mundo cultural en EEUU: “Estamos pagando el precio del colapso de la cultura burguesa nacida en los 50”.
Hace unos meses, los profesores norteamericanos Amy Wax y Larry Alexander, docentes de Derecho en las universidades de Pensilvania y San Diego, respectivamente, publicaban un artículo en “The Inquirer” titulado “Paying the price for breakdown of the country’s bourgeois culture” (“Estamos pagando el precio del colapso de la cultura burguesa del país”).
El texto ha provocado una profunda conmoción en los círculos culturales por las reacciones incendiarias que ha suscitado entre la extrema-izquierda intelectual que domina los campus norteamericanos (así como los europeos). Los autores del ensayo han recibido miles de correos electrónicos cargados de insultos y amenazas, se ha solicitado su expulsión de las cátedras, grupos de estudiantes han pedido su cabeza, han sido vetados en decenas de medios de comunicación, han sido objeto de ataques físicos y se ven imposibilitados de dar conferencias con un mínimo de seguridad…
Ahora y gracias a un documento que reproduce La Tribuna del País Vasco, publicamos algunos de los extractos más importantes de “Paying the price for breakdown of the country’s bourgeois culture” (“Estamos pagando el precio del colapso de la cultura burguesa del país”).
“Muy pocos estadounidenses están calificados para los trabajos disponibles. La participación masculina en edad laboral en la fuerza de trabajo total de nuestro país se encuentra en mínimos desde la época de la Gran Depresión. El abuso de opioides está generalizado. La violencia homicida afecta a las ciudades del interior. Casi la mitad de los niños nacen fuera del matrimonio, y aún más son criados por madres solteras. Muchos estudiantes universitarios carecen de las habilidades básicas, y los estudiantes de secundaria están por debajo de los de dos docenas de otros países. Las causas de estos fenómenos son múltiples y complejas, pero está implicada en esta y otras enfermedades la ruptura de la cultura burguesa del país”.
“La cultura burguesa estableció un guión que se suponía que todos debíamos seguir: casarse antes de tener hijos y esforzarse por permanecer casados por el bien de los niños. Obtener la educación necesaria para conseguir un empleo remunerado, trabajar duro y evitar la inactividad. Hacer un esfuerzo adicional para la empresa o los clientes. Ser patriotas, estar listos para servir al país. Ser amables, cívicos y caritativos. Evitar el lenguaje grosero en público. Ser respetuoso de la autoridad. Evitar el abuso de drogas y alejarse del crimen”.
“Estos preceptos culturales básicos reinaron desde finales de los años cuarenta hasta mediados de los sesenta. Podían ser seguidos por personas de todos los orígenes y habilidades, especialmente cuando están respaldados por un apoyo casi universal. La adherencia generalizada a esos principios contribuyó de una forma importante a la productividad, las ganancias educativas y la cohesión social de ese período”.
“¿Todo fue perfecto durante el período de la hegemonía cultural burguesa? Por supuesto que no. Hubo discriminación racial, roles sexuales limitados y bolsas de antisemitismo. Sin embargo, las mejoras constantes para las mujeres y las minorías estaban en marcha (…) Desterrar la discriminación y ampliar las oportunidades no requiere la desaparición de la cultura burguesa. Todo lo contrario: la pérdida de los hábitos burgueses impidió seriamente el progreso de los grupos sociales más desfavorecidos. Esa tendencia también aceleró las consecuencias destructivas del crecimiento del Estado de bienestar, que, al hacerse cargo del apoyo financiero de las familias, redujo la necesidad de dos padres. Una fuerte norma a favor del matrimonio podría haber mitigado este efecto. En cambio, el número de padres solteros creció astronómicamente, produciendo niños más propensos al fracaso académico, la adicción, la inactividad, el crimen y la pobreza”.
“Este paradigma cultural comenzó a romperse a finales de la década de los sesenta. Se produjo una importante combinación de factores – la prosperidad económica, la píldora, la expansión de la educación superior y las dudas en torno a la guerra de Vietnam- que alentaron un ideal antiautoritario, adolescente y de realización de deseos: sexo, drogas y rock and roll, algo que era indigno e impracticable para una sociedad adulta madura y próspera. Así se produjo en esta era el comienzo de una política de identidad que convirtió las aspiraciones de los líderes de los derechos civiles, como el reverendo Martin Luther King Jr, en obsesiones sobre la raza, la etnia, el género y, en estos momentos, por la preferencia sexual”.
“Y aquellos adultos con influencia sobre la cultura, por una variedad de razones, abandonaron su papel como defensores de la respetabilidad, la cortesía y los valores. Como consecuencia de esto, la contracultura avanzó mucho, particularmente entre los escritores, artistas, actores y periodistas, que disfrutaban de la liberación de las limitaciones convencionales, convertían a Estados Unidos en una condena y conseguieron que revisar los crímenes del país fuera un marcador de clase de virtud y sofisticación”.
“Todas las culturas no son iguales. O al menos no son iguales en la preparación de las personas para ser productivas en una economía avanzada. La cultura de los indios de las llanuras se diseñó para los cazadores nómadas, pero no es adecuada para un país del primer mundo, del siglo XXI. Tampoco son adecuados los hábitos monoparentales y antisociales que prevalecen entre algunos blancos de clase trabajadora; la cultura del rap “anti-blancos” de los negros del centro de las ciudades; las ideas anti-asimilación ganan terreno entre algunos inmigrantes hispanos. Estas orientaciones culturales no solo son incompatibles con lo que requiere una economía de libre mercado avanzada y una democracia viable, sino que también son destructivas para la solidaridad y reciprocidad entre los estadounidenses. Si el guión cultural burgués – que la clase media-alta todavía sigue en gran medida, aunque vacila en predicarlo – no puede ser ampliamente restablecido, es muy probable que las cosas empeoren para todos nosotros”.
“¿La reincorporación de las normas burguesas por parte de los estadounidenses comunes y corrientes que los abandonaron reduciría significativamente las patologías de la sociedad? Hay muchas razones para creerlo. Entre aquellos que actualmente siguen los viejos preceptos, independientemente de su nivel de educación o afluencia, la tasa de homicidios es pequeña, la adicción a los opiáceos es rara y las tasas de pobreza son bajas. Aquellos que viven según las simples reglas que la mayoría de la gente solía aceptar, pueden no terminar siendo ricos o tener trabajos de elite, pero sus vidas irán mejor o mucho mejor de lo que lo hacen ahora. Todas las escuelas y vecindarios serían mucho más seguros y agradables. Más estudiantes de todos los ámbitos de la vida serían educados para el empleo constructivo y la participación democrática”.
“Pero restaurar la hegemonía de la cultura burguesa requerirá que los árbitros de la cultura -los académicos, los medios y Hollywood- renuncien a las polémicas de agravios multiculturales y a su pretensión de defender a los oprimidos. En lugar de atacar la cultura burguesa, deberían volver a la postura de su celebración, como sucedía en la década de 1950”.
Comentarios
21 comentarios en «El artículo periodístico que ha conmocionado al mundo cultural en EEUU: “Estamos pagando el precio del colapso de la cultura burguesa nacida en los 50”»
Más que cultura burguesa el artículo se refiere a los valores cristianos. Ya lo decía San Pablo: si no hay resurrección, comamos y bebamos porque nuestra fe está muerta. Las sociedades ateas tienen necesariamente que tender a la degradación dado que no tienen sentido de la trascendencia y por tanto sólo les queda disfrutar del momento sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo.
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–El problema es que el votante, que es el que debería decidir las batallas de esta guerra, de hecho es quien las libra, no es consciente, ni mínimamente, de esto. Es manipulado y no tiene elementos para decidir cuál es su bando. Esto en los países desarrollados,
Incluso se puede dudar de que esa capacidad autogestionaria exista dada la comodidad con la que se desenvuelven los actores, gobernantes y medios.
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–No dudo que el proyecto sionista de establecer el NOM viene de lejos. Lo que he descrito es la última fase del desarrollo, con la derrota mundial del último intento de detener esta tiranía. En el 68 lo que se articula es una fase más en esa estrategia, la que nos está afectando directamente a nuestras generaciones.
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–No me gusta ingerirme en asuntos de países soberanos, como tampoco me gusta que estos ingieran en los de mi Patria. Pero para el bien de USA, el nativismo tiene que imponerse al marxismo cultural.
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–Si en USA están empezando a darse cuenta de lo que hay…, confío y espero que en España suceda lo mismo, antes de que sea demasiado tarde.
De cualquier forma, sigo echando en falta un partido patriota, español, con valores, y con posibilidades reales de obtener varios diputados, ya que extramuros del Congreso y del Senado se pasa mucho frío, y nadie te escucha…
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–Ya han iniciado una coalición los 4 partidos Patriotas más votados en las últimas elecciones al Parlamento Europeo, han acordado un programa de puntos mínimos. Empezarán su andadura en las próximas elecciones europeas. Te lo he contestado en otros comentarios, no los habrás leído. Estos partidos son:
FE de las JONS, FE la Falange, Alternativa Española y Democracia Nacional.
Están abiertos a que se sumen más partidos Patriotas.
Nota del administrador: Pero antes deberán proponerlo ellos por cauces normales, no a través de la buena voluntad de los foristas de AD. Mal empezamos.
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–Lo han propuesto varias veces a través de Radio Ya y las redes sociales. Empezaron dos y ya están cuatro. Tan mal no lo ha hecho.
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–….no lo han…
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–Don Ramiro, ojalá lleve usted razón, pero no creo que en España suceda nada parecido. Aquí está todo “bien atado” y la mayoría de los intelectuales “controlados” por el pesebre. Eso sí, podemos trabajar los patriotas unidos, intentando, con representación política o sin ella, dar respuesta a la descomposición general (como hace AD, sin ir más lejos). No es poco: el que hace lo que puede, no está obligado a más.
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–RAMIRO LEDESMA RAMOS
https://youtu.be/yAtAjS77Z64
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–Puede que recuperar la burguesía sea un pequeño retroceso evolutivo como mal menor para salvar el barco y vover a la correcta senda perdida. Lo que está claro es que lo que estamos viviendo hoy es pura degradación y degeneración moral. Y si no lo hacemos seremos aplastados por las Fuerzas Naturales salvajes pues la Naturaleza desprecia las razas y especies débiles. Si no puede perfeccionarlas, las elimina.
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–En España son los “valores burgueses” de la generación que alcanza el poder en los 80, equivalente nefasto de los “baby boomers” estadonidenses, los que han degradado la sociedad. Los hijos de aquellos jóvenes en los 80 han superado, en su mayoría, a sus ya degenerados papis en narcisismo (“generación selfie”), hedonismo, falta de civismo, relativismo, ateísmo, materialismo. Además, el feminismo institucional anti- hombre ha degradado la relación entre varones y mujeres.
¿Beneficiarios de este triste panorama? Las élites apátridas.
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